Los países vecinos construyeron, con la ayuda de las organizaciones internacionales como la ONU y Cruz Roja, varios campamentos de refugiados para los palestinos. Algunos países dejaron que los palestinos huyendo podían integrarse con los ciudadanos de sus países, viviendo entre ellos y obteniendo ciudadanía.
Hoy en día una tercera parte de los refugiados de Palestina, aproximadamente 1,3 millones, vive en uno de los 58 campamentos reconocidos en Jordania, Líbano, Siria, Cisjordania y Gaza. Las tiendas de campaña improvisadas tras el conflicto de 1948 se han convertido en densos y complejos campamentos de refugiados donde la población vive hacinada y en condiciones a menudo precarias.